El objetivo de la gestión del color es garantizar que los colores se reproduzcan de la forma más similar posible en distintos dispositivos como cámaras, escáneres, monitores, impresoras láser, de inyección de tinta, offset y muchos más.
Para que un sistema de gestión del color funcione, los espacios de color dependientes del dispositivo, como la gama de colores de su propio monitor e impresora, y los espacios de color independientes del dispositivo, como AdobeRGB 1998 o LAB, deben estar disponibles en un ordenador. Con este conocimiento, el ordenador puede entender la visualización de la imagen en un monitor y emitir una imagen de color real en la impresora de inyección de tinta conectada.
Los sistemas modernos de gestión del color constan de dispositivos de medición como el X-Rite i1 Pro 2 y el correspondiente software de gestión del color, que crea y gestiona los perfiles de color determinados por la medición y los pone a disposición de programas de aplicación como la gama de productos Adobe.