A diferencia de las pruebas, las pruebas de imprenta se crean utilizando películas o planchas de impresión CTP en máquinas especiales de pruebas de imprenta con los mismos colores y parámetros que la impresión de producción posterior.
Una prueba de imprenta es muy precisa en cuanto al color y, gracias al papel de producción utilizado, su aspecto y tacto son casi idénticos a los de la impresión posterior. Sin embargo, en comparación con la prueba clásica, una prueba de imprenta suele ser muchas veces más cara y cuesta rápidamente varios cientos de euros. Además, la realización de una prueba de imprenta lleva bastante más tiempo. Por ello, por razones económicas, apenas tiene relevancia hoy en día y sólo se utiliza para impresiones muy delicadas con tiradas largas.
